viernes, 23 de noviembre de 2012

Mensajes que convencen al cerebro


Miles de mensajes y publicidades nos afectan cada día. Algunos funcionan y otros ni siquiera son entendidos. Así que ¿por qué preferimos, por ejemplo, un jabón que tiene las mismas características que otro? ¿En qué punto nos casamos con la marca de un esfero si es solo eso, un esfero?



Más de uno habrá oído hablar de la neurociencia y la creciente investigación cerebral que existe. Los resultados son fascinantes, pues ahora podemos comprender mejor cómo funcionamos: por qué nos enamoramos, el lavado cerebral, la hipnosis y qué parte del cerebro es la más vulnerable para que el marketing nos ataque.

La Academia de la Lengua prefiere mercadotecnia a marketing y afirma que es el conjunto de acciones que buscan el aumento de la demanda. Es decir que busca (y encuentra) los medios necesarios para que un producto sea vendido. El cómo es lo que diferencia a ese esfero que dejamos de lado de aquel otro que cuidamos y hasta etiquetamos con nuestro nombre.

Según un artículo de la revista Alto nivel, los seres humanos tienen tres cerebros. El más conocido es la corteza cerebral, donde está la lógica y el razonamiento; el segundo es el límbico, que controla las emociones; y el que nos interesa, es el cerebro reptiliano. También se lo denomina primitivo porque está a cargo de la supervivencia y reproducción. Si un mensaje llega a esta parte, el cerebro deja de lado la lógica y cualquier sentimiento para actuar.

El experto Clotaire Rapaille afirma que todos los objetos, las ideas y palabras tienen un significado que se aloja en el cerebro límbico o reptiliano, y que la decisión de compra sale de uno de ellos necesariamente.  A esta parte deben apelar los marqueteros y olvidarse de la corteza cerebral, que está sobresaturada de mensajes. En otras palabras, el mensaje publicitario debe convencer al cerebro que necesita de aquel producto para su supervivencia, y este se encargará de crear cualquier justificación para adquirirlo.

Trucos para atacar al cerebro reptiliano o primitivo

Antonio Casals Mimbrero comparte ideas de cómo trabaja el cerebro primitivo y por qué toma decisiones:
1. El cerebro primitivo es muy egoísta, solo piensa en sí mismo y en los beneficios que puede adquirir; no le preocupa el resto de personas.
2. El mensaje debe sobresalir del resto, es decir, ser distinto de aquellos a los que el cerebro está acostumbrado.
3. Necesita mensajes tangibles y claros. El cerebro primitivo no va a tomar una decisión si no entiende el mensaje que se le envía.
4. Hay que asegurar su atención desde el comienzo hasta el final de mensaje. Para ello, se pueden usar trucos como el contacto ocular y el silencio.
5. Trabaja exclusivamente con imágenes, es visual.
6. El mensaje debe ser emocionante, para que el cerebro crea que es necesario prestar atención durante toda la duración de la publicidad.

En realidad, no hago marketing y estas estrategias podrían ser inútiles. Pero la comunicación es parte de lo que hago (de lo que todos hacemos, en realidad) y estas estrategias se pueden aplicar en más de una situación. No es raro escuchar, por ejemplo, quejas de mujeres que no son entendidas por sus parejas o jefes que no actúan ante mensajes que nos parecen importantes. Hay que convencerles, entonces, de que su supervivencia está en peligro, y comprarán lo que les presentemos.

Gustavo Ernesto Benavides
Museología Educativa
Museo Interactivo de Ciencia

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