Los pacientes con ictus, el accidente
cerebrovascular caracterizado por la interrupción del flujo sanguíneo al
cerebro, podrían "volver a conectar" su cerebro con lecciones de
canto y así recuperar el habla.
Según expertos, a través del canto, los
pacientes utilizan una zona distinta a la del habla afectada en el cerebro.
Si el "centro del habla" del
individuo está dañado por un accidente cerebrovascular, en su lugar puede
aprender a utilizar el "centro del canto".
Los expertos hicieron público estos hallazgos
durante la reunión anual de la Asociación Estadounidense para el Avance de la
Ciencia (AAAS, por sus siglas en ingles) en San Diego, Estados Unidos.
Los investigadores que participan en el
estudio explicaron que un ensayo clínico en curso ha demostrado cómo el cerebro
responde a la terapia de "entonación melódica".
Gottfried Schlaug, profesor de neurología en
el Beth Israel Deaconess Medical Center y en la Harvard Medical School en
Boston, EE.UU., dirigió el experimento.
La terapia ya se ha establecido como una
técnica médica. El tratamiento se empezó a utilizar después de que se
descubriera que los pacientes con ictus incapaces de hablar aún podían cantar.
Schlaug explicó que su estudio fue el primero
en combinar esta terapia con imágenes del cerebro, "para mostrar lo que
realmente está sucediendo" cuando los pacientes aprenden a cantar sus
palabras.
Establecer conexiones
La mayoría de las conexiones entre las áreas
del cerebro que controlan el movimiento y los que controlan la audición está en
el lado izquierdo del cerebro.
"Pero hay una especie de agujero en el
lado derecho", dijo Schlaug. "Por alguna razón, no está tan dotado de
esas conexiones, con lo cual el lado izquierdo es el que más se usa para el habla",
continuó el experto. "Si se daña el hemisferio izquierdo, el derecho tiene
problemas (para suplir ese papel)”.
Pero a medida que los pacientes aprenden a
traducir sus palabras en melodías, las conexiones fundamentales del lado
derecho del cerebro se empiezan a formar.
Estudios anteriores han demostrado que este
"centro del canto" está excesivamente desarrollado en los cerebros de
los cantantes profesionales.
Durante las sesiones de la terapia, a los
pacientes se les enseña a traducir sus palabras a melodías simples.
Schlaug señaló que tras la primera sesión, un
paciente con accidente cerebrovascular incapaz de formar cualquier palabra
inteligible puede aprender a decir "tengo sed" gracias a la
combinación de cada sílaba con la nota de una melodía.
A los pacientes también se les anima deletrear
cada sílaba con sus manos. Esta técnica permite al paciente tener una especie
de "marcapasos interno" que, según Schlaug, hace que el tratamiento
sea más eficaz.
"La música podría ser un medio
alternativo para comprometer las zonas del cerebro que normalmente no lo
están", agregó.
Sonidos cerebrales
Por su parte, Patel Aniruddb, del Instituto de
Neurociencias en San Diego, dijo que el estudio fue un ejemplo del "boom
de la investigación de la música y el cerebro" en la última década.
"Algunas veces la gente pregunta en qué
parte del cerebro se procesa la música, y la respuesta es en todas partes por
encima del cuello", comentó Aniruddb.
"La música agrupa grandes zonas del
cerebro, no sólo ilumina un lugar en la corteza auditiva."
Nina Kraus, neurocientífica de la Universidad
Northwestern de Chicago, también estudia los efectos de la música en el
cerebro.
En su investigación registra la respuesta del
cerebro a la música mediante electrodos en el cuero cabelludo.
Este trabajo le ha permitido
"reproducir" la actividad eléctrica de las células del cerebro cuando
se recogen los sonidos.
"Las neuronas trabajan con electricidad.
Si puedes grabar la electricidad del cerebro, puedes reproducirlo por altavoces
y escuchar cómo el cerebro procesa los sonidos", explicó.
Kraus también ha descubierto que la formación
musical parece aumentar la capacidad de realizar otras tareas, como la lectura.
Dijo que las investigaciones sobre cómo el
cerebro responde a la música aporta pruebas de que la formación musical
representa una parte importante en la educación de los niños.
Fuente:
Renato Picerno
Comunicación
Museo Interactivo de Ciencia
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