***Tomado del documento original encontrado en el
portal web de la BBC
El gran dilema de una misión tripulada a
Marte: la radiación
Vivimos tiempos emocionantes en lo que se
refiere a la exploración espacial. Estamos en un punto en que agencias
nacionales y empresas privadas hablan de enviar astronautas al espacio profundo
y al planeta Marte.
Mientras que la agencia espacial
estadounidense, la NASA, estima que le llevará unos 25 años lanzar una nave
espacial tripulada, otros emprendedores privados ofrecen esta posibilidad en
menos tiempo, aunque no garantizan el billete de vuelta a la Tierra.
Pero, ¿cuán seguro es para un hombre emprender
esta aventura? La radiación sería uno de los problemas más importantes a tomar
en cuenta. El explorador de la NASA Curiosity confirmó lo que expertos venían
sospechando durante mucho tiempo: los astronautas de una misión al planeta rojo
tendrán una gran dosis de radiación dañina.
El robot contó el número de las partículas
espaciales de alta energía que chocaron contra la cápsula durante los ocho
meses de viaje. Basándose en estos datos, los científicos determinaron que el
viaje de ida y vuelta de un ser humano a Marte podría exponerlo a una dosis que
alcanza los límites actuales de seguridad. Y este cálculo no se cuenta el
tiempo que permanecerían en la superficie del planeta rojo. Esto aumentaría el
riesgo de desarrollar algún tipo cáncer fatal más allá de lo que se considera
aceptable para un astronauta de carrera.
Blindaje y rapidez
"La solución más simple a este problema
sería reforzar el blindaje. Pero el problema es que este tipo de blindaje pesa
mucho y enviarlo al espacio cuesta dinero", le explica a BBC Mundo Donald
Hassler, del Instituto de Investigación Suroeste en Boulder, Colorado, EE.UU.
Para empezar, se necesitaría un lanzador más
grande para transportar una nave más pesada.
"Se trata de necesidades enfrentadas.
Quieres hacer las cosas tan ligeras como puedas, pero al mismo tiempo, para la
protección contra la radiación quieres tener el suficiente blindaje a tu
alrededor para protegerte", agrega el especialista, coautor del estudio
publicado en la revista Science.
Actualmente, con la tecnología de propulsión
química existente, el viaje a Marte lleva varios meses, unos 250 días. "La
situación mejoraría mucho si pudiéramos llegar un poco más rápido", le
dice a la BBC Cary Zeitlin, colega de Hassler. "La tasa de la dosis no es
el único problema, es el número de días que uno acumula, esa dosis es lo que
hace un total que supera los límites máximos (permitidos de radiación). Mejorar
la propulsión sería realmente la clave si alguien pudiera hacer que
funcione". Ahora se están desarrollando nuevos tipos de propulsión, como
el plasma y cohetes térmicos nucleares. Esto podría reducir el trayecto a
apenas unas semanas.
Rayos de más allá
El Curiosity viajó a Marte dentro de una
cápsula de un tamaño parecido al que se está desarrollando para enviar
astronautas más allá de la estación espacial, a destinos como asteroides y
Marte. Esto permitió tomar medidas directas y precisas de la radiación.
"Las partículas que preocupan a los
expertos se pueden clasificar en dos categorías: aquellas que son aceleradas de
nuestro dinámico Sol, y las que llegan a alta velocidad desde afuera de nuestro
Sistema Solar", explica Jonathan Amos, reportero de ciencia de la BBC.
Las de la última categoría se originan a
partir de estrellas que han explotado y de los alrededores de los agujeros
negros. "Estos rayos cósmicos galácticos (GCR, por sus siglas en inglés)
desprenden mucha energía cuando chocan con el cuerpo humano, lo que dañaría el
ADN de las células. También son las más difíciles de protegerse", agrega
Amos.
La gruesa atmósfera de la Tierra, su campo
magnético y su enorme masa de roca ofrecen protección a las personas que viven
en su superficie, pero para los astronautas en el espacio profundo, un casco de
aluminio de 30 centímetros de espesor no va a cambiar mucho la exposición de
GCR. Los datos del estudio revelaron que la dosis de GCR es equivalente a
someterse a un escáner de cuerpo entero en un hospital cada cinco días.
Fuente:
Renato Picerno
Comunicación
Museo Interactivo de Ciencia
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