Un equipo de científicos publicó recientemente
los datos sobre un planeta que puede ser el más similar a la Tierra de los
hallados hasta ahora. Según el Laboratorio de Habitabilidad Planetaria
estadounidense, sería el quinto planeta potencialmente habitable conocido fuera
de nuestro Sistema Solar. ¿Qué sabemos de estos cinco planetas similares a la
Tierra y cuán probable es que puedan albergar vida?
"Gemelo" de la Tierra
En septiembre de 2010, un equipo liderado por
Estados Unidos anunció el descubrimiento del planeta Gliese 581g. Pero, tan
pronto como se hizo el anuncio, comenzaron a surgir dudas. El equipo del
observatorio de Ginebra, que había descubierto los otros cuatro planetas que
giran alrededor de la estrella Gliese 581, no detectó al 581g en sus
investigaciones. Sin embargo, los descubridores del planeta 581g han publicado
ahora un análisis con más datos para aportar pruebas más consistentes de su
existencia.
Esto es significativo por cuanto el Índice de
Similitud con la Tierra muestra que el Gliese 581g es el planeta más parecido
al nuestro de los descubiertos hasta ahora. En la misma línea, el Catálogo de
Exoplanetas Habitables, disponible en internet, lo incluyó en su lista de
planetas con mayores probabilidades de albergar vida.
Al igual que otros mundos presentes en el
catálogo, el Gliese 581g orbita en un "punto óptimo" alrededor de su
estrella matriz -la zona habitable, también llamada zona Ricitos de oro - que
no es ni demasiado caliente ni demasiado fría como para impedir que haya agua.
Tiene poco más del doble de masa que la Tierra
y, aunque el planeta está más cerca de su estrella que la Tierra de la suya (el
Sol), recibe prácticamente el mismo flujo de luz que nuestro planeta porque
Gliese 581 es una enana roja y, por lo tanto, de luz más tenue que nuestro Sol.
Nuevo en el barrio
Presentado en febrero de 2012 por un equipo de
la Carnegie Institution (EE.UU.) y la Universidad Goettingen (Alemania), Gliese
667Cc pertenece a una clase de planetas conocidos como Supertierras, un tipo de
planeta con un tamaño que oscila entre el de planetas rocosos como la Tierra y
Marte y el de los gigantes de gas como Júpiter y Saturno.
Con aproximadamente 4,5 veces la masa de la
Tierra, el planeta Gliese 667Cc tarda 28 días en completar la órbita de su
estrella, que está a sólo 22 años luz de distancia. El exoplaneta absorbe casi
tanta energía de su estrella como la Tierra del Sol. Esto significa que las
temperaturas de la superficie pueden ser similares a las de la Tierra. Esto
permitiría la presencia de agua sobre su superficie, uno de los prerrequisitos
para que haya vida.
No obstante, los astrónomos dicen que esto no
se puede confirmar sin tener más información sobre la atmósfera del planeta.
Aún así, su codescubridor, Guillem Anglada-Escude, ha dicho del 667Cc:
"Este planeta es el mejor candidato a albergar agua y, quizá, vida tal
como la conocemos".
Gran bestia
Desde que fuera lanzado en marzo de 2009, el
telescopio espacial Kepler, de la agencia especial estadounidense, NASA, ha
detectado más de 2.300 candidatos exoplanetas. De ellos, el Kepler 22b es el
único confirmado dentro de la zona habitable alrededor de su estrella matriz, que
es de la misma clase que nuestro Sol (aunque ligeramente más fresca y más
pequeña).
Con un radio de 2,1 veces el de la Tierra, el
Kepler 22b es más grande que otros de la lista de los cinco. Pero su órbita de
290 días alrededor de una estrella similar al Sol se asemeja a la de nuestro
propio planeta.
Para algunos, su tamaño sugiere una
composición más cercana al gaseoso Neptuno que a la Tierra. En el momento de su
descubrimiento, el cazador de exoplanetas Geoff Marcy, de la Universidad de
California, dijo que "apostaría su telescopio a que no hay una superficie
dura, rocosa, sobre la que caminar". Esto no es necesariamente malo para
las perspectivas de que pueda contener vida: Natalie Batlha, científica de la
misión, dijo que si el Kepler 22b fuera principalmente oceánico con un pequeño
núcleo de roca, "no estaría fuera de toda posibilidad la existencia de
vida en un océano de ese tipo".
Baño de vapor
El planeta HD85512b, otra Supertierra que
tiene 3,6 veces la masa de nuestro planeta, tiene su órbita en el margen
interior de la zona habitable. Esto se traduce en que es más parecido a Venus
que a la Tierra en cuanto a la cantidad de energía que absorbe de su estrella. Sin
embargo, esto no tiene por qué excluir la posibilidad de vida. La hospitalidad
del planeta depende de la cantidad de nubes que tenga cubriéndolo, dado que las
nubes reflejan la radiación solar.
Sus descubridores calculan que si el HD85512b
tuviera más del 50% de cobertura de nubes (en la misma cantidad que la Tierra),
se podría contrarrestar la proximidad del planeta a su estrella lo suficiente
como para que el agua permanezca líquida en su superficie.
No obstante, cualquier forma de vida en el
HD85512b tiene que adaptarse a condiciones muy templadas. "Será muy
pesado, imagínese el día de más sofoco que pueda pensar", manifestó tras
el hallazgo la codescubridora Lisa Kaltenegger, del instituto Max Planck de
Alemania. "No estamos diciendo que sea habitable para Ud. y para mí".
¿Mundo de agua?
Descubierto en 2007 por un equipo del
Observatorio de Ginebra que utilizó en Chile el instrumento para encontrar
planetas, Gliese 581d es probablemente demasiado grande para estar formado
enteramente de material rocoso. En lugar de eso, es un serio candidato a ser un
planeta oceánico, según uno de sus descubridores, Stéphane Udry.
Uno más en un sistema de cinco planetas, es el
vecino más inmediato de Gliese 581g. Sin embargo, Gliese 581d orbita a una
distancia mayor de su estrella matriz, en el margen exterior, más frío, de su
zona habitable.
Simulaciones por computadora de la atmósfera
del exoplaneta indican que, en algunos escenarios, los gases de efecto
invernadero harían que las temperaturas de la superficie se mantuvieran por
encima de los 0 grados centígrados y esto permitiría que el agua se quedara en
su estado líquido. Sin duda, dice Udry, el planeta "podría incluso estar
cubierto por un amplio y profundo océano".
Dado que está situado a tan solo 20,3 años
luz, en la Constelación de Libra, los astrónomos deberían ser capaces de
resolver algunas de estas cuestiones en el futuro, con observaciones
espectroscópicas directas de la atmósfera del planeta.
Fuente
http://bbc.in/R1HhPW
Renato Picerno
Comunicación
Museo Interactivo de Ciencia
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