Las islas Galápagos fueron descubiertas accidentalmente el 10 de
marzo de 1535, por el obispo español Tomás de Berlanga mientras realizaba una
expedición hacia el Perú. Sin embargo, existen investigaciones que argumentan
que las islas fueron descubiertas por nativos de América del Sur mucho antes de
la Conquista española. Es así como las islas Galápagos muy probablemente fueron
visitadas por manteños, atacames, coaques y chimus. Además en los relatos
orales huancavilcas incaicos recogidos, las islas Galápagos se denominan Yawatisuyu, término kichwa que
significa “territorio de las tortugas”.
Desde su descubrimiento hasta el siglo XIX, se cazó
indiscriminadamente a numerosas especies de animales marinos y terrestres en
las islas, actividad que puso en riesgo de extinción a varias especies,
especialmente las tortugas Galápagos.
La mayor destrucción que ha sufrido el archipiélago fue producto de
los asentamientos humanos durante la guerra entre España, Gran Bretaña, Holanda
y Francia por obtener dominio de los mares y expandir su mercado y abastecimiento
de materia prima.
Se intentó colonizarlas hasta
la Segunda Guerra Mundial, época en la que EE. UU. instaló una base naval en la
isla Baltra hasta finalizada la guerra.
Científicos visitan las
islas
Estas islas han recibido la visita de diferentes expediciones
científicas. Entre las que se destacan las de Charles Darwin y Teodoro Wolf.
Las islas Galápagos recibieron a Charles
Darwin en 1835, quien se basó en la flora y fauna para desarrollar su
teoría de la Evolución. Este viaje a las islas duró dos semanas, tiempo
suficiente para apreciar la selección natural. Pero no intuía que le tomaría
casi 25 años publicar su libro El origen
de las especies.
Teodoro Wolf fue un importante explorador, geólogo y botánico
alemán, fue profesor de Geología y Mineralogía en la Universidad Central de
Quito desde 1870. En 1875 se embarcó a las islas Galápagos para estudiarlas más
a fondo. Trajo una colección de plantas que, lamentablemente, desapareció en
Guayaquil junto con otras colecciones de Wolf.
En 1947, científicos descubrieron que el algodón silvestre de
Galápagos, que hasta entonces era considerado una especie endémica, era una
variedad del algodón cultivado y sembrado por pueblos nativos del continente.
En 1963 Thor Heyerdahl y Arne Skjölsvold presentaron el texto Evidencia arqueológica de visitas
pre-hispánicas a las islas Galápagos, un estudio de fragmentos de cerámica
encontrados en cinco áreas del archipiélago, correspondientes a diferentes
periodos de las culturas y pueblos de costa del pacífico.
Gustavo Benavides
Museología
Museo Interactivo de Ciencia
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